domingo, 28 de febrero de 2010

LA COMUNIDAD EDUCATIVA Y LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN

La sociedad de la información ha venido reforzando la exigencia democrática que forma parte de todo proyecto educativo. Este auge de las nuevas tecnologías en la emergente sociedad de la información, y especialmente el enorme crecimiento de Internet durante la última década, han generado nuevas oportunidades y desafíos para el proceso de expansión de la democratización a nivel global y la profundización en los principios de los que se nutre; cuya penetración será mayor por el abaratamiento de los materiales y su amplio alcance. (Al Mufti et al, 1996; Díaz, 2006)
La revolución tecnológica es esencial para entender formas de socialización, y nuevas definiciones de identidad, beneficio, y participación individual y colectiva. Las tecnologías y redes sociales llevan a favorecer la comunicación, la democracia participativa, el conocimiento colaborativo y significativo pero por otro lado seguramente a reforzar la tendencia al aislamiento, perturbando la solidaridad, desinterés por la participación ciudadana y fomentando los juegos individuales frente a una computadora. Además existe el temor de que el acceso al mundo virtual lleve a pérdida del sentido de realidad social.

En el estado actual de las cosas, quizás no se puede aún efectuar un análisis profundo y riguroso de las potenciales repercusiones de lo virtual en el comportamiento de las personas o las relaciones sociales. El reto consiste en la creación de nuevas rupturas, desequilibrios, oportunidades, amenazas, desafíos y generación de nuevos paradigmas, pero que la sociedad ineludiblemente tiene que adaptar y sacarle el mayor provecho.

Un aspecto que nos invita a reflexionar es la situación paradójica es que se ha creado unas condiciones teóricas y optimista de tener acceso a la información pero es evidente que existen limitantes sociales, políticas, económicas, ideológicas etc., para poder disponer de la los instrumentos de la información y es por ello el papel sustantivo que juega la educación y los agentes educativos para poder facilitar este medio de comunicación tecnológica.

Dentro de cada sociedad se crean desigualdades entre quienes utilicen esos instrumentos y quienes no. La aparición de las sociedades de la información corresponde a un doble reto, para la democracia y la educación, aspectos que están íntimamente relacionados. Los sistemas educativos deben proporcionar a los individuos los medios para seleccionar y jerarquizar la información con sentido critico, pero tomando distancia respecto a una sociedad mediática y de información sin sustento. Al tiempo real, se opone el tiempo diferido, de maduración, el de la cultura y apropiación de los conocimientos. El empleo de las tecnologías puede adoptar formas variables, sin embargo el principio a regir es el de inclusión, procurando que quienes mas los necesitan, puedan usarlos. Los sistemas educativos deben aportar modos de socialización indispensables y sentar las bases de una ciudadanía adaptada a las sociedades de la información. (Al Mufti et al, 1996)

Así, las tecnologías de la información y comunicación podrán fortalecer el proceso de enseñanza- aprendizaje integrales y, constituirse en medio de apertura hacia la educación no formal, ayudando a la sociedad educativa a rediseñar formas de aprendizaje en la perspectiva de una educación continua y liberadora.

Entre las falacias existentes sobre la Sociedad de la Información está la que mantiene que las nuevas tecnologías nos traerán una nueva democracia: la ciberdemocracia o e-democracia. “Ésta superará los actuales déficits de participación, de representación, de legitimidad, etc. Pero no hay que olvidar que la reforma democrática sobre la base de las nuevas tecnologías de la comunicación será realidad sólo como resultado de una intensa lucha política”.
Finalmente quizás desde una perspectiva pedagógica para vivir, aprender y trabajar con éxito en una sociedad cada vez más compleja y rica en información, nuestro compromiso prospectivo requiere formular nuestras propias competencias comunicativas, tecnológicas, emocionales, colaborativas y cognitivas y de su desarrollo a través de la integración efectiva de áreas curriculares con la tecnología, de manera que se genere una práctica pedagógica que aproxime el conocimiento y enseñe a interactuar en el reflexivamente, frente a la solución de problemas reales de la vida, promoviendo el compromiso para que el estudiante se identifique con su realidad en forma creativa y construya tejido social.